El impulso fiscal de Trump amenaza con sacudir los mercados de bonos
Podrían avecinarse grandes movimientos en los mercados globales. Los analistas observan de cerca cómo el presidente de EE. UU., Donald Trump, se prepara para impulsar una prórroga de los recortes fiscales de 2017. Sin embargo, el “gran y hermoso” proyecto fiscal de Trump podría desatar una poderosa tormenta en el mercado de bonos del Tesoro de EE. UU.
Según la Tax Foundation, una organización de investigación fiscal no partidista, la legislación propuesta sumaría $4 billones al déficit presupuestario de EE. UU. durante la próxima década. Por ahora, el progreso se ha estancado debido a divisiones dentro del Partido Republicano. No obstante, los expertos creen que el proyecto se aprobará antes de finales de 2025. Esta es una noticia inquietante para los inversores en bonos, que ya están preocupados por la sostenibilidad del gasto federal.
El sentimiento de los inversores en el mercado de bonos es actualmente relativamente tranquilo. En mayo, los rendimientos cayeron en medio de cambios en las expectativas sobre tasas de interés y una inflación en enfriamiento. Sin embargo, esta calma podría ser pasajera.
Según Yardeni Research, una vez que el proyecto fiscal gane impulso, los rendimientos de los bonos del Tesoro a 10 años podrían dispararse hasta el 5%, alcanzando un nivel crítico desde el punto de vista psicológico que a menudo desencadena fuertes ventas en el mercado de acciones.
Los estrategas de divisas de ING comparten esta visión, prediciendo un retorno a rendimientos del 5% a medida que el proyecto avance. Peter Berezin, estratega global jefe de BCA Research, advierte que el proyecto conlleva una probabilidad del 30% de provocar un “escenario de pesadilla” en el mercado de bonos una vez aprobado. En ese caso, los rendimientos a 10 años podrían superar el 6%, lo que causaría una fuerte caída en la demanda de bonos del Tesoro. Esto obligaría a la Reserva Federal a intervenir y comprar deuda gubernamental para mantener estable la financiación.
Los inversores ya están en alerta por dos factores clave: el gasto federal y la inflación. El creciente endeudamiento nacional genera dudas sobre la capacidad del gobierno para cumplir con sus obligaciones, lo que socava la demanda de bonos estadounidenses. Mientras tanto, una inflación persistentemente alta tiende a impulsar al alza las tasas de interés, encareciendo el servicio de la deuda y erosionando la confianza en los títulos del Tesoro. Solo en 2024, el gobierno de EE. UU. gastó $881 mil millones en pagos de intereses.
En este contexto, muchos analistas creen que Trump se verá obligado a revisar algunos elementos del proyecto para evitar un enfrentamiento con los llamados “vigilantes de los bonos”. El propio presidente tiene interés en mantener tasas bajas y subastas de bonos estables. De lo contrario, una menor demanda podría empujar los rendimientos a niveles que amenazarían a la economía en general.