La economía de China está bajo presión. La persistente presión deflacionaria podría pronto llevar al Banco Popular de China a flexibilizar aún más su política monetaria. Los economistas de ING creen que este escenario podría materializarse a finales de 2025.

A pesar del reciente paquete de estímulo, los datos de mayo siguen siendo decepcionantes. Según los analistas, los precios al consumidor han permanecido en territorio negativo por cuarto mes consecutivo. Como resultado, el índice de precios al consumidor de China cayó un 0,1% interanual, mientras que el índice de precios al productor se desplomó un 3,3%, marcando la mayor caída en 22 meses.

La principal fuente de presión inflacionaria provino del aumento en los costos de los alimentos, particularmente los de verduras frescas y huevos. Estos incrementos compensaron solo modestas alzas en los precios de la carne de cerdo y de las categorías no alimentarias.

Según los analistas de ING, será esencial monitorear de cerca los datos macroeconómicos en los próximos meses para evaluar si la flexibilización monetaria puede devolver el índice de precios al consumidor a territorio positivo. Sin embargo, el banco reconoció que las previsiones siguen siendo difíciles, señalando que la confianza de los consumidores nacionales sigue siendo débil y que los aranceles podrían sumarse a la presión deflacionaria.

En este contexto, ING ve margen para otro recorte de tasas de entre 10 y 20 puntos básicos. Los analistas creen que el PBOC podría dar este paso en el cuarto trimestre de 2025 si persiste la deflación. Los riesgos deflacionarios se han intensificado debido a la débil demanda interna y a los vientos en contra del comercio global, incluyendo una caída del 34,5% interanual en las exportaciones a Estados Unidos. Mientras tanto, los envíos constantes a los países de la ASEAN y a la UE han contribuido a un aumento general del 4,8% en el comercio.